Aunque es fácil encontrar croquetas en muchos comercios, congeladas o no, en casa no las quieren ni probar. Existen unas pocas hechas en buenas charcuterías que tienen fama de ser buenísimas. Las he probado y me gustan. Pero mis hijos reclaman siempre las que hago en casa. Desde pequeños se han acostumbrado a ellas, les encantan y son un éxito asegurado. Mientras las estoy friendo siempre tengo a alguien al lado para poder «pillar» una antes de que lleguen a las mesa. En ocasiones hasta discuten y cuentan cuántas ha cogido cada uno. La receta se la debo a Mauri que me la pasó hace tiempo.
Cuando vienen amigos de mis hijos invitados a casa suelo hacerlas porque sé que es un plato que tiene éxito. Claro que siempre hay excepciones, como una familia amiga que en pleno tiene aversión a las croquetas, no tanto por su sabor, que puede variar según los ingredientes, sino por su textura. Con ellos está difícil.
Las croquetas de casa llevan los siguientes ingredientes:
– 300 gr. de jamón dulce
– 3 huevos duros
– 1 cebolla
– Harina, sal, mantequilla y leche
Acostumbro a pedir en los sitios que me conocen que me guarden la punta final de la pieza de jamón dulce. La cobran más barata y es muy gustosa para las croquetas. En la picadora troceo la punta de jamón, los huevos duros y una cebolla mediana. Sofrío la cebolla con un poco de aceite y una nuez de mantequilla. Cuando está doradita, incorporo la harina -unas 8 cucharadas de sopa-, lo rehogo todo e incorporo el jamón y el huevo. Le añado un poco de sal. Sin dejar de trabajar la masa con la cuchara de madera voy añadiendo leche -mejor a temperatura ambiente- hasta que toda la masa se desprende de la sartén como una tortilla. Entonces la pongo extendida en un pirex. La dejo enfríar primero a temperatura ambiente y después en la nevera tapada con papel transparente. Lo ideal es formar las croquetas al día siguiente. Con estas cantidades me suelen salir unas 60 unidades. Las paso por huevo y pan rallado y las frío. No me da tiempo a congelar una parte porque se las comen todas. Están deliciosas. Probadlas.
3 comentarios
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diciembre 3, 2009 a 21:17
Sofia
¡Qué buena pinta tienen estas croquetas!
diciembre 2, 2009 a 14:27
Núria
Jo les he tastat i són delicioses.
diciembre 2, 2009 a 12:47
jorge
Las croquetas, como los canelones, son productos humildes y muy reveladores, que dan la medida de la cocina que las elabora. Si en una casa, o un restaurante, las croquetas y canelones son buenos, quiere decir que esa cocina es de toda confianza. Si son malos quiere decir que todo lo demás se tambalea y no hay ni que probarlo. Cuando unas croquetas están buenas constituyen un manjar de dioses.